lunes, 14 de febrero de 2011

...

-“Señaló mis ropas: estaban manchadas de barro, de sangre coagulada. No dije nada; me tomó suavemente la mano: tenía manchas de uñas humanas. Dirigió mi atención a un objeto que había contra la pared; lo miré durante unos minutos: era una pala. Con un alarido salté hasta la mesa y me apoderé de la caja. Pero no pude abrirla, y en mi temblor se me deslizó de la mano, y cayó pesadamente, y se hizo añicos; y de entre ellos…”

-“Entrechocándose, rodaron algunos instrumentos de cirugía dental, mezclados con treinta y dos objetos pequeños, blancos, marfilinos, que se desparramaron por el piso”- dijo Berenice con viveza en sus palabras- ¡Me encanta este relato!- terminó diciendo y acomodó su cabeza sobre mis piernas.

- Claro, porque la protagonista se llama como tu- dije mientras le apartaba el pelo de la cara.

-¡No es por eso tonto! Me gusta porque…-hizo una pausa mientras hablaba y continuó con un tono de voz melancólico- Porque mi mamá me lo leía de pequeña, me llamó así porque le gustaba mucho Poe- ocultó un poco su rostro sin duda porque se entristeció por unos momentos. Al volver a mirarme estaba de nuevo sonriendo- ¡Ahora me gusta aún más porque lo lees conmigo!

No pude evitar sonreír. Me encantaba su inocencia y ese halo de delicadeza que la envolvía. Poco a poco se fue acomodando aún más amoldando su figura a la mía. Pasó sus brazos por mi cintura como cada noche y comenzó a frotarse los ojos, signo de que poco tardaría en dormirse. - Te vas a dormir ¿Verdad? – Le pregunté y a lo que ella asintió con media sonrisilla dibujada.

- Kaliníjta As- susurró con los ojos ya cerrados.

- Kaliníjta Nicenice- contesté mientras me invadía una sensación de bienestar.

A los pocos minutos ya estaba dormida. La observé mientras pensaba en lo serena que parecía con los ojos cerrados.

Alcé la mirada al techo y me vino al recuerdo la primera vez que la vi y por tanto, como conocí a Berenice. Miré el calendario… Ya hacía más de dos años pero el tiempo había pasado demasiado rápido. Aquella noche en aquel lugar, quien diría que las cosas habrían acabado así. Tengo que reconocer que nada más entrar centré mi mirada en ella, no sé bien que fue lo que llamó mi atención pero la curiosidad me hizo acercarme. Yo con mi descaro correspondiente, ella con un par de copas de más, acabó contándome su doloroso pasado, su lamentable presente y lo incierto que se presentaba su futuro. Es guapa pensé en un principio, es muy guapa. Pero no era solo eso, era algo más.

Me contó la soledad de sus noches, la frialdad de la calle, la nostalgia que le suponía un abrazo… No terminó de pronunciar estas últimas palabras y me abrazó tal y como se abraza a un ser querido y en ese momento decidí que Berenice no pasaría ni una noche más sola… Y hasta día de hoy, no las ha pasado.


1 comentario:

  1. Me ha parecido un texto precioso, ojalá supiera escribir como lo haces tu nena. A mi me frustra cada vez que intento escribir las cosas que tengo en mente, no sé como expresarlas en palabras..T_T

    Ahora Berenice esta segura en los brazos de Kagero....*.* jujujuju

    ¡Saludetes preciosaaa!

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