miércoles, 23 de febrero de 2011

Walk Away...

Una vez más, me había levantado temprano y a primera hora de la mañana ya me encontraba en la biblioteca. Hacía mucho que no iba ya que tras el accidente, entre rehabilitación y rehabilitación apenas había tenido tiempo de ir a clase y mucho menos tenía ganas de rodearme de libros en mi, en su momento, lamentable estado. Sin embargo, al llegar suspiré tranquilo. La biblioteca era uno de los únicos lugares que me hacía evadirme de mi día a día. Paseé por los pasillos buscando algún libro que despertase mi interés y una vez encontré uno digno de ello, me senté en el mismo sitio de siempre.

Me sumergí en la lectura y para cuando levanté la vista sobre las páginas de tan interesante libro, descubrí que no estaba solo en la mesa. Era ella. Creí que lo más conveniente era no hacer caso de la situación pero notaba como sus ojos se clavaban en mí de forma persistente. Comencé a ponerme nervioso, las manos me sudaban, un tic comenzó a hacer que mi pierna derecha iniciase un movimiento repetitivo, que no hacía más que corroborar mi estado de nerviosismo… Miré hacia los lados y mi pulso se descontroló pero allí seguía ella, mirándome en silencio.

Al fin me decidí a mirarla a los ojos y ella sonrió. Le respondí con una sonrisa y mientras lo hacía noté como su mano acariciaba con delicadeza la mía, que por entonces aún aguantaba el libro con fuerza pero en ese momento, lo dejé caer sobre la mesa y cuando quise darme cuenta, mis dedos estaban totalmente entrelazados con los suyos.

Todo ello ocurrió estando ambos absolutamente callados pero al fin y al cabo habíamos aprendido a entendernos en silencio. No podía dejar de observar el marrón intenso de su mirada, me era imposible y eso me hacía sentir mal. Me agarró la mano y la llevó hasta su rostro donde pude notar la calidez de sus mejillas. Eso me hizo desviar la mirada ya que probablemente, no, probablemente no, seguramente me había sonrojado hasta un punto insospechado. Gea se apoyó en la mesa hasta tener prácticamente medio cuerpo subido sobre esta. Vi como su rostro se acercaba lentamente al mío y la tensión hizo que mi corazón latiese más rápido de lo que sin duda debería… Oí como sus labios se entreabrían lentamente y un hilo de su dulce y melódica voz se filtró por mis oídos.

-I love the sound of you walking away- me dijo más cantando que hablando y a continuación puso sus labios más cerca de los míos, de lo que por mi bien deseaba.

-No sé por que dices eso- le contesté intentando que mi voz no titubease demasiado y que mis ojos no reflejasen lo que sentía en mi interior. Un hormigueo me recorría desde el cuello hasta la punta de los dedos y hacia que sintiese frio y calor a la vez, una sensación incomoda a la vez que agradable ¿Extraño verdad? Pero todos lo hemos sentido alguna vez. En mi mente, un nombre no paraba de repetirse y en mi corazón… En mi corazón la sangre bombeaba como si del último día se tratase.

-Si lo sabes. Desde el accidente no sé nada de ti. No me coges el teléfono, no respondes mis mensajes, ni a mis e-mails y eso que te he enviado muchos… No sé que te ocurre Tai, solo sé que desde entonces vengo todos los días a la biblioteca a ver si así te localizaba –hizo una pausa y continuó hablando a la vez que sonreía tímidamente- Así que sí, adoro el sonido de cuando te vas porque eso significa que al menos te he visto.

Tragué saliva al oírla y deseé que mi mente eliminase todo lo que ella había dicho, antes de que viejos sentimientos tomasen más fuerzas que los que prevalecían hasta ahora. No sabía si permanecer en silencio o decir algo, algo coherente, quizás frío… Quizás mejor quedarme en silencio, pensé en su momento.

Ella en respuesta a mi silencio, se fue alejando despacio de mi persona y fue en aquel instante en el que la frené y la atraje de nuevo. Eso debió entenderlo como una indirecta y sinceramente hasta a mi me lo habría parecido. Me quitó las gafas y las puso sobre la mesa. Aún se podían ver algunas de las cicatrices que me quedaron del accidente sobre mi rostro y ella fue pasando su fino dedo índice sobre ellas para luego acariciarme el puente de la nariz. Yo mientras permanecía con los ojos cerrados así al menos simulaba un estado de tranquilidad que cuanto menos, se alejaba de la realidad.

-No sé que pensamientos estarán recorriendo tu mente en estos momentos y no te haré hacer nada porque entiendo tu situación, pero entiendelo tu también… - una vez más dejó de hablar y rozó mis labios con los suyos sin llegar a besarlos y recorrió mi mejilla con ellos – Te echaba de menos- terminó de decir. En esos momentos abrí los ojos y un sinfín de imágenes me vinieron a la cabeza.

No me dio tiempo a reaccionar cuando ella ya se había alejado de mi, de hecho ocultaba su sonrojadada tez bajo el gran cuello de su jersey de lana. Comenzó a recoger sus cosas y tras mirarme en señal de despedida, se fue mientras que yo me quedé sentado no calculo cuánto tiempo más intentando meditar... Más que meditar asimilar, sobre lo ocurrido, aquello que sin duda alguna me espantaría el sueño por más de una semana y me aventuraría a decir que por más de un mes.

2 comentarios:

  1. Cómo siempre me encantan los textos que haces...Jous yo me deprimo que escribo fatal...T3T

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  2. Jouss me alegra mucho que te gusten nena! Y como es eso de que escribes mal?! Anda anda! Yo si que a veces escribo que no se me entiende de la misa la mitad pero bueno espero que a base de mucho intentarlo, salga algo mas o menos decente algun dia =D

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