jueves, 9 de diciembre de 2010

One more time

- ¿Estas bien?, te late rapido...- Dijo ella al notar las pulsaciones de mi acelerado corazón, a lo que respondí algo nervioso asintiendo con la cabeza repetidas veces.
-¿Porqué?- volvió a preguntar ella y pude notar el tacto de sus labios reposando sobre mi cuello acompañado de su calida y aunque su corazón latía rapido, calmada respiración. No sabía muy bien a que se refería con la pregunta y el momento tampoco acompañaba a una actividad de reflexión.
-¿Porqué... Qué?- Dije a duras penas intentando mantenerme sereno.
-Que... -hizo una pausa para coger aire mientras seguía notando sus besos descender por mi cuello- ¿Por que late rapido?- terminó de responder con una entonación que no sé si por el contexto, pero me pareció cuanto menos, excitante.
-Eh... No-No sé- añadí titubeante ya que la pregunta, reconozco que me pilló un tanto por sorpresa- Supongo que a veces se acelera- terminé de decir mientras pensaba en la originalidad exaltada de mi respuesta, si bueno, no es la mejor respuesta que he dado pero no estaba en momentos de pensar demasiado aún así decidí seguir el dialogo.
-¿Porqué late el tuyo rapido?- pregunté yo en este caso ligeramente intrigado por su respuesta.
-¿El mio? Por nada- respondió a la vez que curiosamente, su corazón se aceleraba de nuevo.
-Creo que...-dije acercandome un poco más a ella haciendome hueco entre las sabanas- tu corazón, no está muy conforme con tu respuesta- continué y sonreí apoyando mi mano sobre su pecho, justo sobre el corazón- porque se ha acelerado.
-Pues no sé por qué -añadió ella a la vez que se mordía el labio inferior y desviaba la mirada a la vez que su corazón parecía estar a punto de desbordarse.

Me acerqué aún más a su rostro para darle un beso en la mejilla. Estaba tan cerca de ella que podía notar el calor que sus mejillas emitía al igual que el olor de su piel, el cual ya bien que conocía.
-¿Seguro que estas bien? -le susurré, ya que estabamos lo suficientemente cerca como para comunicarnos en voz baja, a la vez que le acariciaba la mejilla. Si, sentía la necesidad de estar en todo momento en contacto con su cuerpo por muy sutíl que fuese.
-Si, estoy estupendamente- dijo ella temblorosamente con la respiración algo acelerada.
-Entonces bien- sonreí y rocé levemente mi nariz contra la suya- Menos mal.
Al oirme decir eso, me dedicó una sonrisa y comenzó a acariciarme la nuca haciendome sentir un cosquilleo agradable. Me sentía tan bien que ni se me pasaba por la cabeza la idea de separarme de la acortada distancia que manteniamos en aquel momento.
-Tai...-susurró ella con un hilo de voz casi inaudible y apretando su mano sobre mi nuca, me atrajo hacia ella.
-¿Si?- respondí en el mismo tono en el que ella había pronunciado mi nombre mientras podía notar su respiración sobre mi rostro. Estabamos tan cerca el uno del otro, que sentía escalofrios tan solo de pensar en lo que deseaba, pero no podía hacer en esos momentos.
De repente, ella negó con la cabeza casi sin moverse, pero me percaté de sus movimientos por muy ligeros que fueran. No sabía a que se debía ese gesto.
-¿No?- dije intentando aclararme.
-No... - respondió ella sin más pasando sus manos bajo mi camiseta y acariciandome la espalda.
En ese momento noté como mi cuerpo iba careciendo poco a poco de mi sentido de la cordura y me iba dejando llevar por las emociones del momento, por eso apoyé mi mano sobre su cintura y la fuí guiando recorriendo su espalda hasta la nuca para atraerla hacia mi tal y como ella había hecho.
-No te entiendo- le confesé mientras la miraba fijamente a los ojos. Ella a su vez, me miraba con sus ojos brillando en la oscuridad de la habitación. Casi temblaba al mismo compás que el latido de su corazón, perdón, de nuestros corazones y se aferraba como si no quisiera que me separase de ella.
Al verla así, seguí acariciandole la espalda con el fín de que se relajase. Su negación verdaderamente me estaba intrigando. No sabía por qué lo hacía y aunque pareciese insistente, quería saber de que se trataba.
- No ¿Qué?, No... No sé que niegas-repetí una vez más esta vez casi sin emitir sonido. Por unos momentos me miró de una forma diferente. Sus caricias no cesaban y yo tampoco quería que cesasen. Sin parar de mirarme, sus labios se entreabrieron.
-N-No puedo dejar de desearte- se pudo descifrar del mensaje que emitió de forma clara aunque titubeante.
-No digas eso, Diciembre... -dije tras tragar saliva.
En mi cabeza no cabian más pensamientos, sin embargo mis manos se apretaban contra su cuerpo, de hecho, mi cuerpo se acercaba al suyo hasta que nuestros labios se rozaban en ocasiones.
-Lo siento Taisei- se disculpó ella haciendo movimientos de cabeza provocando un calido roce.
Tras eso no me pude resistir, en esos momentos no me importaban ni las circunstancias ni las consecuencias. Mi respiración se precipitó de nuevo y la sensibilidad de mi piel era extrema.
-Esto no está bien- pronunció mi boca en contradicción a lo que sentía mi cuerpo que actuaba por impulsos. Cuando me quise dar cuenta, estaba besando la barbilla de Diciembre hasta llegar a la comisura de sus labios a lo que ella reaccionó temblando supongo que de los nervios.
-No- contestó y finalmente me besó.

El resto de la noche, lo pasé recordando hasta primera luz del dia, que siempre vuelvo a ella.
Siempre.

(Lo escrito anteriormente, forma parte de la historia del rol de uno de mis personajes, en concreto Tai, para que conozcais un poco su historia de amor y eso! Espero que os guste)

1 comentario:

  1. ¡Hola nena!
    ¿Cómo va? Jolines si que hace tiempo que no hablams...=_= Espero que estés bien, haber si te pillo luego por el messenger y hablams un ratejo *3* Si no te llamo este finde y nos ponemos al día de novedades =3

    ¡¡Besotes enormes!!

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